¿Por qué hay que limpiar la piel? ¿Qué tipos de limpieza facial existen? ¿Qué es la doble limpieza?

¡No hace falta que lo diga! A estas alturas, seguro que ya sabes cuáles son los pasos imprescindibles del cuidado facial… (Limpieza, hidratación y protección solar). Sin embargo, al ser tan importantes, hay cosas que deben quedar muy claras. Por ejemplo, ¿sabes los tipos de limpieza que existen? ¿O lo que es la doble limpieza de la piel? Si te sientes un poco perdido aún, ¡sigue leyendo!

¿Por qué hay que limpiar la piel?

No lo olvides, ¡la limpieza facial tiene que ser el primer paso de cualquier cuidado de la piel! Antes de cualquier crema, cosmético o protector solar es importante que la piel se muestre limpia y libre de células muertas y residuos que pueden estar taponando los poros, creando de esta manera puntos negros y brotes de acné.

La obstrucción de los poros es, sin ninguna duda, el mayor obstáculo que tiene la piel para combatir a los factores externos, así como al frío, la contaminación o al sol. Por ello, si conseguimos mantener limpios los folículos pilosos, estaremos ayudando a que estos respiren y que nuestra piel se oxigene. (Este es el primer paso para conseguir un aspecto descansado y despierto).

De esta manera, la limpieza facial no sólo retira las células muertas y los residuos, tal y como ya hemos dicho, sino que también previene las irritaciones, puntos negros y brotes de acné y prepara la piel para que pueda absorber los nutrientes de los demás cosméticos y cremas. 

¿Cada cuánto debo limpiar la piel?

Lo más recomendable es limpiar el rostro dos veces al día, tanto a la mañana al despertarte como a la noche antes de acostarte.

En primer lugar está la limpieza nocturna. Es importante que a las noches limpies la piel para eliminar la suciedad que se ha acumulado durante el día y que de esta manera el rostro pueda descansar y oxigenarse mientras duermes. (No eres el único que necesita unas horas de “relax”, la piel también necesita descansar…)

Así pues, durante esas horas de descanso, la piel se deshace del sebo y la grasa sobrante, por lo que a las mañanas es imprescindible eliminar la suciedad para fortalecer la función barrera contra las agresiones externas que se le van a presentar a lo largo del siguiente día.

¿Qué tipos de limpieza facial existen?

Es normal que te sientas algo perdido respecto a la limpieza de la piel, ya que existen muchos tipos. Por ello, aquí te dejo los tipos de limpieza facial que existen (para que puedas elegir cuál es la mejor para ti):

• Agua micelar: el agua micelar es un magnífico desmaquillante que limpia, humecta, refresca y revitaliza el rostro. Sin embargo, y aunque es considerada un limpiador facial, el agua micelar es más bien un desmaquillante que debe ser aplicada con discos de algodón, lo que evita frotar la piel y así previene las irritaciones del rostro. No obstante, esta aplicación también tiene su lado negativo, y es que los discos de algodón pueden dejar residuos en la cara, por lo que es recomendable aplicar agua micelar como primer paso de la doble limpieza, para que así en el segundo paso se retiren los resto que estos puedan dejar en la piel.
• Gel limpiador: el gel limpiador es el producto idóneo para limpiar el rostro para las personas que tienen la piel mixta o grasa, ya que, además de eliminar la suciedad, también retira los restos de grasa y sebo que se hayan podido acumular en la cara y que pueden estar taponando los poros. Así pues, te desharás de los restos de sudor y prevendrás la aparición de brillos.
• Tónico facial: aunque en principio creas que es parte de la limpieza, el tónico en verdad es un complemento de este paso que debe darse tras la limpieza. Gracias a él, el pH de la piel se equilibra, evitando así la pérdida de humedad.
• Leche facial: la leche de limpieza facial es perfecta para pieles secas o sensibles, ya que hidrata la piel mientras elimina las impurezas, pero siempre sin resecar más el rostro.
• Doble limpieza: es el método de limpieza más recomendado por los dermatólogos, ya que es el más eficaz porque consigue una limpieza mucho más profunda sin alterar el manto hidrolipídico. La doble limpieza consiste, como su propio nombre indica, en usar dos productos para limpiar la piel y, de esta manera, conseguir eliminar todas las impurezas de la misma. Así pues, en el primer paso se utiliza un limpiador con base grasa para intentar eliminar los restos de otros productos (ya sea maquillaje o protector solar), mientras que en el segundo paso se utiliza un limpiador de base agua que nos ayudará a eliminar los restos del primer producto y la suciedad soluble al agua así como el sudor o el sebo, por ejemplo.

¿Qué limpiador debo elegir para limpiar mi piel?

Es imprescindible que elijas un limpiador facial que vaya acorde con tu tipo de piel, para que en vez de dañarla, pueda nutrirla e hidratarla al mismo tiempo. Al fin y al cabo, cada piel (mixta, grasa, normal, seca, sensible…) necesita unos cuidados específicos, por lo que saber qué productos usar es la base para tener una buena rutina facial.

Así pues, si tienes piel sensible o seca, ten en cuenta que debes usar un limpiador facial suave y poco agresivo que, además de eliminar la suciedad, no reseque aún más tu rostro.

En cambio, si tienes una piel mixta o grasa, tu limpiador facial debe controlar el exceso de grasa de tu cara (sobre todo en la zona T), pero sin llegar a resecar aquellas zonas que producen menos sebo.