¿Cómo afecta el tabaco a la piel? ¡Dejar de fumar es la mejor decisión que vas a tomar!
¿Te has planteado miles de veces dejar de fumar pero nunca lo consigues? ¡Hoy es el día perfecto para dejar el tabaco! Hoy, el Día Mundial sin tabaco, te voy a explicar por qué tu piel va a agradecer que dejes de fumar…
Aunque no lo creas, la piel y el tabaquismo están directamente relacionados. Esto ocurre debido a que los radicales libres que expulsa el tabaco reducen la capacidad antioxidante que tiene la piel, acelerando el envejecimiento prematuro de la misma. ¿Sabías que el tabaco puede llegar a adelantar entre 10 y 20 años el envejecimiento de tu epidermis? ¡Es una auténtica barbaridad!
Así pues, la piel no sólo envejece, sino que también puede sufrir deshidratación, volviéndose áspera, inflexible y quebradiza. Además, el humo que produce disminuye la oxigenación celular de la dermis (capa más profunda de la piel), por lo que tu rostro se verá más cansado y apagado. Esto, si lo sumamos a los efectos secundarios de los rayos ultravioleta en el rostro, hace que la cara sea la zona de nuestro cuerpo donde más se note el daño celular.
Por último, debes tener en cuenta que fumar perjudica la nutrición de la piel. Esto es debido a que la nicotina que contienen los cigarrillos disminuye la circulación sanguínea, obstaculizando la llegada de oxígeno a los tejidos. En consecuencia, tu piel tendrá un color más grisáceo o amarillento.
¡No hay excusa que valga! Tu piel te está pidiendo a gritos que dejes de fumar… Además, ten presente que hasta pasados tres o cuatro años sin fumar, la piel no se recuperará del todo (por lo que cuanto más tardes en dejarlo, más tardarás en tener una piel perfecta). Si quieres conocer algunos consejos para dejar el tabaco que a mí me sirvieron, ¡sigue leyendo!
