
¿Por qué tengo la frente grasa?
Vale, sí: tengo la piel grasa (pero eso ya te lo he mencionado varias veces…). Seguramente, también sabrás cuál es la zona con más sebo de mi cara (es la zona T, ¡no te olvides!) Pero, estoy convencido de que aún no sabes cuáles son las zonas más grasientas de tu cuerpo… ¡Ni el por qué lo son! Por ello, ¡sigue leyendo!
Aunque a veces tener la piel grasa nos pueda parecer un gran fastidio, lo cierto es que no solo trae consigo inconvenientes… Sin embargo, ya sea para bien o para mal, me encantaría saberlo todo acerca de mi tipo de piel y, por ello, hoy te voy a contar por qué hay zonas en tu cuerpo más grasientas que otras.
Para comenzar, es importante destacar que todo es consecuencia de la cantidad de glándulas sebáceas que tenga esa zona del cuerpo; esto es, de las glándulas que producen el sebo de nuestra epidermis para mantenerla hidratada. Aunque estas se encuentran por todo nuestro organismo, hay zonas donde su porcentaje excede considerablemente en comparación con el resto. A estos lugares se les denomina zonas “seborreicas” y comprenden el cuero cabelludo, el rostro, el pecho y la espalda. ¿Acaso pensabas que era casualidad que el acné, los quistes, los poros dilatados y los brillos apareciesen siempre en estas zonas de tu dermis?
En primer lugar, la zona de nuestro organismo con más glándulas sebáceas: el cuero cabelludo. Y es que la piel de la cabeza es la más grasa del cuerpo... Sorprendente, ¿verdad? Esto se debe a que las glándulas sebáceas están directamente conectadas con los folículos pilosos, por lo que, cuanta más cantidad de folículos, más cantidad de sebo se creará, formando junto con los lípidos epidérmicos una película hidrolipídica que hace que el cabello salga sano.
Por la misma regla de tres, y como curiosidad, te gustará saber que, por el contrario, la piel del dorso de las manos y la de los antebrazos producen muy poca cantidad de sebo en comparación al resto del cuerpo ya que, al no tener muchos folículos pilosos, la humedad y la hidratación de las mismas son muy escasas. Por ello, déjame decirte que te vendrá bien hidratar dichas zonas como parte de tu rutina diaria. (No vaya a ser que se te resequen).
Pero… ¡A lo que íbamos! Para continuar, la piel facial. La dermis del rostro es bastante más delgada y sensible que la del resto del cuerpo; puesto que, en comparación con él, está expuesta mucho más a factores externos como el frío o el sol, por ejemplo. Dichos factores pueden llegar a ocasionar el debilitamiento o algunos daños en nuestra dermis. Además, la zona T de la cara forma parte de las zonas seborreicas, por lo que… ¡Sí! Tiene más glándulas sebáceas que muchas otras partes del cuerpo. (Se calcula que en la cara podemos encontrar entre 400 y 900 de estas glándulas por centímetro cuadrado). Además, no solo es que haya más, sino que también son más grandes.
Lo mismo pasa en la espalda y en el pecho de los hombres… Aunque el tronco suele tener muchas menos glándulas sebáceas y a la vez mucho más pequeñas, ¡la espalda y el pecho son las dos excepciones por naturaleza!
Ahora que ya sabes cómo influye el exceso de glándulas sebáceas en la piel… ¡Qué menos que empezar a cuidarla! ¿No? Nuestro