¿Cómo saber si tengo la piel deshidratada?

¿Sientes tu piel tirante e irritada y aún no sabes porqué puede ser? Pues, querido amigo, ponte delante de un espejo y empecemos:

¿Qué es la piel deshidratada?

La piel deshidratada es la consecuencia de que tu piel esté sufriendo una falta de agua. ¡Pero no te alarmes! Esta alteración de la capa superficial de la epidermis no es más que un problema temporal.

A consecuencia de la piel deshidratada, es probable que notes tu rostro tirante, tenso, descamado e irritado. Además, al estar mal nutrida, tu epidermis es incapaz de hacer su función de “barrera” adecuadamente. Sin embargo, si sigues unos consejos determinados te desharás de la falta de esplendor y bienestar de tu cara.

La aparición de la piel deshidratada puede deberse a diferentes causas. Entre ellas se encuentran los factores ambientales (el frío, el sol, la poca humedad en el ambiente…), los factores externos (fumar o beber alcohol), factores emocionales (estrés, cansancio, ansiedad…), determinados fármacos (para el acné o para el colesterol, entre otros), o el uso inadecuado de productos cosméticos que no van acorde con tu tipo de piel.

¿Piel deshidratada o piel seca?

¡No! La piel deshidratada no es lo mismo que la piel seca… ¡No las confundas más! Aunque te parezca sorprendente, tu rostro puede presentar deshidratación tengas el tipo de piel que tengas (grasa, mixta o seca).

Aunque en principio los síntomas de la piel deshidratada y la piel seca puedan ser similares, lo cierto es que la deshidratada NO es un tipo de piel como la seca, sino que es un problema transitorio que sufre tu epidermis. Sin embargo, mientras que con la piel deshidratada sufres una falta de agua, con la piel seca no solo te falta agua, sino que también tienes una pérdida considerable de lípidos en la capa superior de tu epidermis.

¿Qué puedo hacer para tratar la piel deshidratada de mi rostro?

Para que tu piel luzca nutrida y radiante es importante que la hidrates diariamente y que sigas unos consejos básicos para su bienestar:

• Bebe 1,5 litros de agua mínimo al día
• Come alimentos ricos en agua (sandía, melón…)
• Dúchate con agua tibia o fría (ya que el agua caliente puede irritar tu piel)
•  No te expongas mucho al sol y usa protección solar todos los días
• Evita los lugares climatizados o con altas temperaturas que pueden irritar tu piel
• Utiliza productos cosméticos con pH adaptado
• Toma infusiones como té verde, manzanilla, lavanda, té blanco y romero, ya que contribuyen a la hidratación de nuestro organismo
• Aplícate un tratamiento hidratante como la Box Good Face + regenerador de BOXSR

Y el consejo más importante… ¡ve al dermatólogo a que te examine y te haga un diagnóstico!